Dicen que no hay mujer a la que su reloj biológico no le pida ser madre, y que pensar otra cosa sería anti natural. Bueno, la verdad yo no lo tengo tan claro, quiero decir, no creo que haya que pensar que una mujer tiene alguna tara psicológica por no desear ser madre en algún momento de su vida; lo que sí puede asegurar es que, una vez que lo decide, a esta mujer nadie puede impedirle reproducirse y sentir en sus propias carnes la dulce espera.
Bien, esa dulce espera, en ocasiones, no es tan dulce como desearíamos, aunque todas las mujeres estemos de acuerdo en que el resultado, el tener a nuestro hijo o hija en los brazos, merece todas y cada una de las molestias que podamos llegar a sentir en esos 9 meses de embarazo. Algunas, por no decir todas, se escapan a nuestro control y no está en nosotras impedirlas; pero, si lo piensas, sí que podemos hacer algo para mejorarlas, o por lo menos para hacerlas más llevaderas.
Así que, si alguien piensa que pensar en el aspecto físico de una mujer durante el embarazo es una cosa frívola, deja que le diga que está muy equivocado. Las hormonas durante es estado de gravidez hacen mucha magia, casi tanto como dan la lata, jeje; es cierto que la piel y el cabello brillan, crecen con más rapidez las uñas y el pelo, y gente muy romántica te dirá que te rodea como un aura celestial… Muy bien, pero la realidad es que los cambios físicos exteriores que experimentan las embarazadas no siempre son tomados con buen humor, y la ganancia de peso y la pérdida de las curvas desde luego afectan tarde o temprano, en mayor o en menor medida.
Y como digo, no se puede evitar, aunque sí intentar aminorarlo en la medida de nuestras posibilidades. Por eso, las tiendas pre-mamá se han convertido en algo realmente importante durante la época del embarazo, pues han dejado de ser simples comercios de ropa para embarazadas a especializarse completamente en la etapa de la maternidad. No sólo se dedican a la venta: ahora, te asesoran, te buscan los modelos que mejor te quedarán, y tienen en cuenta factores como la moda, la comodidad, los gustos personales… Todo un compendio que hace que las mujeres vuelvan a confiar en sí mismas y a sentirse atractivas, porque estar embarazada no tiene por qué ser un sinónimo de ser un coco, ni mucho menos.